La Muerte No Es Todo

A continuación les voy a poner una historia hecha por mí, que tiene un significado que está en el final.
No sé cómo empezar a contar lo que quiero que sepan.
Desde que tengo uso de razón mi mejor amiga Carla y yo somos inseparables. Jamás pensé que la vida me iba a dar un golpe tan duro de superar, ni que la vida que nos habíamos imaginado que íbamos a tener juntas se truncó aquella tarde.
Carla y yo salimos como todos los días de la Universidad, las dos elegimos estudiar periodismo, porque estábamos hechas para informar al mundo todo lo que estaba pasando a nuestro alrededor y poder ayudar un poco más con nuestras andanzas en un futuro y aportar un granito de arena a ésta sociedad en la que vivimos.
Esa tarde hacía mucho calor, y decidimos que después de clase nos íbamos a la playa, ¡lo teníamos todo preparado!, cuando sonó la sirena salimos corriendo y sin decir adiós a nadie nos subimos al coche.
Pusimos nuestra canción preferida, la de Thousand Years y nos pusimos a cantar como locas, jajajaja, cada vez que lo pienso me muero de la risa y a su vez me invade un sentimiento  de tristeza.
En la autopista llegando a la desviación para coger el camino hacia la playa, en ese momento, un coche se saltó la mediana y chocó con nosotras. No me acuerdo muy bien de lo que pasó, salí del coche como pude y cuando fui hablar con Carla no me contestaba, sólo recuerdo de gritar y llorar…….
Me desperté en el hospital rodeada de médicos y enfermeras y allá a lo lejos pude ver a mis padre con los padres de Carla y su hermanita pequeña, Miriam.
Las preguntas me rondaban en mi cabeza, ¿ qué ha pasado? ¿ dónde estoy? ¿ y Carla, dónde está Carla?, de repente entraron mis padres y no podían evitar en sus rostros las lágrimas, empezaron hablarme y yo no entendía nada o yo no quería entender en ese momento lo que me estaban diciendo.  Venus escucha, Carla ya no está, se ha ido, me decía mi madre al lado de mi cama, yo respondía eso no puede ser, tiene que estar en la habitación de al lado, yo solo tengo unos rasguños, pues ella tiene que estar igual que yo, déjense de bromas y dile que no puedo caminar que me duele el pie y que entre ya.
A continuación el médico que estaba allí era alto, delgado y no muy mayor, empezó a decirme que es lo que había pasado, Carla había llegado viva al hospital pero su herida de la cabeza era muy profunda y no rebasó la operación. Carla se había ido.
En ese momento empecé a llorar estaba desgarrada de dolor¿ qué iba a pasar ahora ? no podía evitar sentirme tan mal que no entendía porque ella y no yo, o porque no las dos, que mal había hecho para que me pasara algo así a mí ¿ porqué?
El día siguiente salí del hospital y quise que mis padres me llevaran a despedirme de ella, recuerdo sólo caminar detrás de su féretro, llevaba unas flores blancas agarrada a mi mano, no podía ni llorar, no podía reaccionar.
Sus padres estaban destrozados y yo solo miraba a su hermana Miriam, de 9 años,  parecía que estaba como yo, no sabía muy bien lo que estaba pasando aunque realmente yo no quería saberlo. Dejé las flores y no pude pronunciar ni una palabra, cuando todos se iban alejando me quedé allí parada, quieta y entonces empecé hablar con ella, Carla, te prometo que jamás me olvidaré de ti, que todo lo que haga a partir de ahora en mi vida, será para brindar en honor a la vida que nos han truncado juntas ,e intentaré estar a la altura de las circunstancias.
Días después, gracias a mi familia, intenté hacer mi vida normal pero no podía, recaía una y otra vez en mis lamentaciones y lo injusta que era la vida conmigo.
A la semana siguiente yo seguía igual de mal, cuando iba a la “Uni” todos los de mi clase me empezaron a mirar con lástima, me hacían sentir peor pero por otra parte  agradecería sentirme rodeada de mis compañeros porque al fin y al cabo esa era mi vida aunque en realidad ese “lo siento” de algunos, me apuñalaba dentro de mí, las clases, el coche, mi casa, la playa… todo eso me recordaba a ella, todavía recuerdo su rostro con esos ojos marrones, su cabello dorado y sus pecas en las mejillas y en su nariz, todas esas cosas insignificantes que me encantaban y su gran sonrisa, esa sonrisa que invadía donde ella entraba, ya no las puedo ver, ni a distancia, sólo en fotos. Ya no puedo ni conducir,ni escuchar nuestra canción favorita, tengo miedo a olvidarla y no volver a recordarla.
Ese día llegué a casa y cuando entré cargada con mis libros grité mamá, ya estoy aquí como era habitual en mi, de fondo escucho la voz de mi madre que me dice; Venus ven al salón que tienes visita, cuando llegué allí estaban sentados los padres de Carla no me lo podía creer, yo no sabía qué decirles, su madre se levantó  y me dio un gran abrazo me rodeó con sus brazos y sentí su corazón y el calor que transmitía en ese momento me dijo; Venus me he enterado que no estás bien por eso hemos venido hablar contigo y a traerte un regalo.
Yo no sabía que decir, su madre me explicaba que los accidentes ocurrían, que a Carla no le gustaría verme triste, sino feliz, así que cogió su bolso y sacó el diario de Carla y me dice;
Toma, creo que este diario ella querría que te lo diéramos, así que léelo y saca lo mejor de ti y vive por las dos,después de estar hablando un rato con sus padres, me despedí  y corriendo me metí en mi habitación.
No sabía muy bien si leer el diario de Carla o no, me sentía rara y a la vez entusiasmada de ver lo que escribía.
Abrí el diario, estaba llena de fotos, dibujos y recuerdos de las dos juntas, pero no me atrevía a leer nada y de repente, me dí cuenta que había escrito la noche anterior del accidente y que las demás páginas seguían en blanco, por lo que fui consciente que iba a ser feliz, que sus recuerdos no me podían doler, al contrario, me tenían que llenar de una gran satisfacción de haberla conocido, me di cuenta que la vida por muy injusta que yo la pudiera ver en esos momentos, era la vida que me había tocado vivir, con su ausencia pero siempre sintiendo que está al lado mía y no sé ni cómo ni cuándo  pude recuperar mi sonrisa ….. y justamente, esas páginas en blanco, se convirtieron en mi día a día… sabes ¿porqué?......
Y con esta historia quiero decir que los amigos aunque ya no estén a tu lado, les recordarás con un cariño especial que a tus otros amigos no les tienes, yo la verdad tengo suerte de tener unos amigos geniales, únicos y siempre están en lo bueno y en lo malo, no como otros que sólo están en lo bueno. Siempre en tu vida haces amigos y hay otros amigos que se van de tu vida como si nada sin saber cómo ni cuándo, hay que aprovechar el momento con ellos y nunca dejarse llevar por lo que otros te digan de ese amigo.

Comentarios

  1. Una historia preciosa Luna.. que pasó con el diario?

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    1. Es una de las intrigas que tiene esta historia y es algo que te tienes que imaginar....

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